martes, 24 de noviembre de 2015

Etnocentrismo: lo nuestro es cierto y lo demás tontería


Iria Massotti

El simple planteamiento de que plantas, animales y humanos podamos compartir códigos morales, podría provocar que cualquier lector occidental, en su sano juicio y raciocinio, catalogara este artículo de fantasioso. Ya no digamos si en este mismo párrafo inicial incluyéramos otros conceptos tales como el alma de un arbusto, la conciencia reflexiva de una serpiente, las emociones de los espíritus o la transmisión de pensamientos telepáticos, de unos a otros. 
Amerindios de la Amazonía brasileña
Por regla general, en occidente, lo nuestro suele ser verdad, y el resto es tontería, o por lo menos sospechoso de fraude. Es indiscutible que nuestra opinión está bañada por unos patrones de pensamiento etnocéntricos e inamovibles, que fortalecen y legitiman una serie de conceptos construidos socialmente, como si de verdades absolutas se tratara. Sin embargo, no hay nada más peliagudo que arriesgarse a hablar de verdades absolutas. 


Muchos hemos visto, en campañas ecológicas que circulan en Youtube (TVE, 2014), las imágenes de ríos de polluelos piantes y amarillos, resbalando por una cinta industrial de distribución, mientras un humano con guantes blancos y movimientos tan mecánicos como los de la cinta, examina alguno al azar: le separa las alas, le estira las patas y lo vuelve a lanzar por uno de los dos conductos de acero, en función del sexo.


Según el antropólogo francés Philippe Descola (Descola, 2004), el pensamiento moderno distingue entre persona y naturaleza, siendo este último lo opuesto a todo aquello que tenga que ver con el ser humano, o haya sido antropizado, ya sea social o culturalmente.

Siendo coherentes con esta descripción de naturaleza, los pollos de la cinta, fabricados en la industria alimenticia, no son naturaleza en occidente. Y de igual modo, tampoco lo son los huertos, granjas o incluso las playas construidas con fines turísticos, o los bosques forestales accesibles desde la urbe o atravesados por carreteras. ¿Qué incluye entonces el concepto de naturaleza? ¿Queda algo virgen bajo el influjo del ser humano?

Las mujeres Achuar establecen una relación maternal con las plantas

Mono del Amazonas
Según Descola, hasta la propia selva amazónica ha sido modificada, artificialmente, por distintas poblaciones a lo largo de varios milenios, con el fin de aumentar el índice de biodiversidad. Pero el pensamiento moderno insiste en separar al ser humano del resto de especies, englobando a éstas últimas en una romántica y conceptual “naturaleza”, nada definida a efectos de lógica coherente, pretendiendo, además, extrapolar dicho concepto a otras culturas que carecen del término.



En las cosmologías amazónicas, por ejemplo, encontramos que no se establece ninguna distinción entre humanos, vivos o muertos, plantas, animales o espíritus. Así, Descola nos habla de un “hiperrelativismo perceptivo” que permite a todos estos seres metamorfosearse los unos en los otros, dependiendo del punto de vista que se adquiera. Así, lo que diferencia a unas especies de las otras es lo que comen y quién les come a ellos a su vez. Y nos ilustra con algunos ejemplos relacionales de grupos étnicos como los Achuar o los Makuna.

Mientras las mujeres Achuar establecen una relación maternal con las plantas, los hombres Achuar atribuyen a sus presas el estatus de cuñados, por tratarse de interacciones difíciles e inestables, pero respetuosas. Para éstos, todos los seres ya nombrados están dentro de la categoría de personas, de la misma forma que para los Makuna son todo “gentes”. Sin embargo, el cazador Makuna establece una relación de cónyuge con su caza.

Bosque Boreal Canadá
En nuestro rotundo escepticismo occidental donde los pollos son para comer y las serpientes para fabricar zapatos o admirar en el zoo, podríamos pensar que tal coincidencia de cosmología entre dos grupos es debido a características de practicidad del ecosistema donde viven. Sin embargo, Descola nos habla también de unos indígenas de la región subártica del Canadá, donde el bosque boreal presenta rasgos exactamente opuestos a los de la selva amazónica. Estos canadienses, no solo personifican a los animales, sino que hablan también de la envoltura corporal como mero disfraz, mostrándose su auténtico aspecto únicamente a través de los sueños.

Así que, mientras los occidentales y norteamericanos consideramos a los humanos como la especie dominante, única en su reflexión y distinta a la naturaleza, sea lo que sea este concepto, otras culturas le atribuyen un alma a animales, plantas y humanos, todos ellos con capacidad de intención, conciencia reflexiva, vida afectiva o respeto hacia principios éticos, lo cual parece no estar tan presente en nuestra noción suprema de ser humano.
  

Si el ritual con los despojos de la presa se lleva a cabo correctamente, la víctima se volverá a reencarnar en el mismo animal

¿Y qué entendemos por principios éticos? Pues de nuevo volvemos a tener una abismal diferencia ya que, mientras para nosotros es una cuestión de no empujar demasiado en el metro y masticar la carne con la boca cerrada, para los indígenas la caza se convierte en el juego de seducción de un amante, donde los dones del cazador juegan un papel importante a la hora de ejercer una presión mágica que someta la voluntad de la presa, transmitiendo el respeto necesario por la suerte de ésta y evitando sufrimientos inútiles. Luego, si el ritual con los despojos de la presa se lleva a cabo correctamente, la víctima se volverá a reencarnar en el mismo animal.

Por lo tanto, evidenciada la gran diversidad de puntos de vista, la dualidad entre naturaleza y humano carece ya de sentido, al igual que la arrogante superioridad del humano occidental con respecto al resto de las especies que, por otro lado, no pierden el tiempo en tales banalidades clasificatorias.


Bibliografía:
Descola, P. (2004). Las cosmologías indígenas de la Amazonía. In Tierra adentro. Territorio indígena y percepción del entorno (pp. 25–35). WGIA.
TVE. (2014). Así es el proceso de producción de los pollos. España. Retrieved from https://youtu.be/djB23TY03Tg

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